Cada año, después de ganar varios kilos a lo largo de las fiestas navideñas, muchos son los que se unen a las miles de personas que conciben la idea de adelgazar como un tema serio, que debe ser tratado y controlado por especialistas en dietética, así como psicólogos, terapeutas y otros profesionales. Esto se debe a la importancia social y personal que le damos actualmente tanto a la línea como al bienestar psicológico.
La aceptación de nuestro físico por los demás y por uno mismo es origen de multitud de trastornos más graves, que pueden desembocar en enfermedades físicas y psicológicas, y en algunos casos, en la muerte.
El sobrepeso y la obesidad implican un riesgo elevado de sufrir diabetes del tipo 2 (7%), hipertensión, (casi el 50%), enfermedades cardiovasculares (13%) y osteoartritis (10%), además de gran variedad de enfermedades y trastornos psicológicos, respiratorios, hormonales, motrices y nerviosos. Pero cada vez aumentan más el número de personas que padecen o están al borde de enfermedades y trastornos producidos por la obsesión por adelgazar, el uso de dietas inadecuadas, el sobreesfuerzo físico y por el desconocimiento. Algunas de ellas son la anorexia nerviosa, la bulimia, anemias, trastornos digestivos, cardiovasculares, hormonales y del periodo menstrual, psicosomáticas, psicológicas, agotamiento físico, somnolencia, etc.
Por ello, cada vez son más personas las que se conciencian de que es arriesgado seguir un régimen sin consular a especialistas en nutrición y dietética, aunque para otras sea válido, ya que cada persona tiene unas características físicas y psicológicas concretas. Existen multitud de clínicas, centros dietéticos y profesionales especializados en diseñar, según las características concretas del individuo, dietas adecuadas para adelgazar de forma sana, equilibrada y no perjudicial para el organismo.
También es importante aprender a alimentarse, para evitar, por ejemplo, ingerir demasiadas grasas, o combinar alimentos que potencien el aumento de peso.
“La persona feliz es quien rebosa de bienestar y de amor propio, y no de amargura y tristeza.” (Proverbio chino)
Es cierto. Desde pequeña he sufrido obesidad, y después de hacer dietas bárbaras, el médico me diagnosticó un desequilibrio hormonal, que era la causa de mi enfermedad, y no la alimentación. Mi consejo es que siempre os pongais en manos de un profesional.