Hace poco conversaba con un amigo haciéndole la consulta sobre que lugar elegir para mis próximas vacaciones. Resulta que este amigo con muchos años encima no es muy devoto de los viajes, así sean estos cortos o largos. Y con cada consulta de destino de vacaciones posibles él solo veía simples detalles que por el contrario desalentaban mis intensiones de viajar. Pero al final de discutir cada destino él soltaba esta frase: “Todo depende de los ojos con que se mire”.
Pasado frágil
Comenzamos hablando de un lugar determinado el cual, según el catálogo, indica que se pueden ver restos arqueológicos de más de 10 siglos de antigüedad. Según mi consejero, solo se trataban de construcciones abandonadas en la que la población de ese entonces no solo descuidó detalles arquitectónicos sino técnicos, de lo contrario no solamente veríamos ruinas sino toda una construcción duradera por lo años. Estas palabras que tenían mucho sentido por otro lado dejaban mal parada a esta opción de destino. Y es cierto, nuestro pasado fue un poco frágil al paso del tiempo y es por esto que también existimos para revisar lo que paso anteriormente a nosotros. Soy arquitecto, pero no creo que lo dicho tenga que ver conmigo.
Si tu jardín tuviera flores
Dentro de las diferentes opciones que tenia en mente existía un lugar con un encantador ecosistema y que nos ofrecía poder observar la naturaleza tal cual existía desde años atrás. “Es un lugar maravilloso esa opción” – al fin pude escuchar de los labios de mi viejo amigo. Sin embargo antes de soltar su frase célebre, dijo entre dientes – Si tu jardín tuviera flores como esas. Esto fue un golpe bajo para mi ya que mi pobre jardín estaba más abandonado que cualquiera en el vecindario.
Tu casa tiene muchas fugas de aire
Y como entramos en la temporada de invierno también le consulte sobre un destino en medio del mar en el que el sol brilla en todas sus playas de limpia arena blanca con aguas cristalinas. Él respondió: Si, parece muy bonita la idea de escaparse del frio ya que tu casa tiene muchas fugas de aire. Esta vez fue una indirecta muy directa, sin embargo mantuve la calma ya que después de todo éramos y seguimos siendo amigos.
Realidad ineludible
Luego de despedirme, regresé a mi casa, me detuve en la entrada observando el muro del lindero el cual se le está cayendo el empaste y la pintura. Al pasar el pórtico a cada lado del camino de losa que conduce al interior de la casa se resaltaba el gris de la tierra que hacia juego con el amarillo del césped seco y las hojas caídas, producto del otoño. Dentro, recién pude observar unas corrientes de aire que provenían de unas fisuras de la puerta y ventanas de la sala. Resultaba entonces que mis posibles destinos de vacaciones tenían mucho que ver con mi propia vida.
Y como conclusión saque que no solamente había conversado con la persona menos indicada para sugerir un destino de vacaciones sino con alguien que no solamente miraba por encima de lo veía sino que aprovechaba cada oportunidad para enseñar.
Y es cierto, todo depende de los ojos con que se miren. Existen infinidad de destinos de vacaciones encantadores los cuales nos maravillan con sus construcciones antiguas y modernas, sus recursos naturales, grandes paisajes y excelente clima, de los cuales no solamente debemos traernos las fotografías y el recuerdo sino una enseñanza para aplicarlo en nuestra vida diaria.
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