El exceso de sudor puede ser generalizado (hiperhidrosis sistémica) o localizado (hiperidrosis localizada).
Aunque en condiciones normales solo deberíamos sudar en exceso si solemos practicar deportes o sufrimos un calor desmedido, hay personas cuya transpiración es muy intensa en cualquier circunstancia. El exceso de sudor en sus manos, axilas, rostro y craneo traba la vida social, laboral y afectiva. La hiperhidrosis o cantidad de sudor excesiva, es un transtorno traumático para quienes lo padecen y no tiene nada que ver con una higiene deficiente.
El sudor es un líquido compuesto por agua, sales minerales y otras sustancias, producido por glándulas sudoríparas que se encuentran en el tejido subcutáneo por debajo de la dermis. Los seres humanos poseemos tres tipos de glándulas sudoríparas:
LAS ECRINAS.- Se encuentran distribuidas por toda la piel, excepto en los labios menores, clítoris, labios y conductos auditivos externos. Son las que participan en la termorregulación. Las zonas donde se encuentran con mayor profusión son: el dorso de la mano y las yemas de los dedos. Tenemos entre tres y cuatro millones de estas glándulas capaces de producir de 600 a 1.000 ml. de sudor por hora si son sometidas a altas temperaturas.
LAS APOCRINAS.- Son las glándulas que segregan un fluido más denso y en el ser humano se localizan en las axilas, pezones, periné, alrededor del ano y en el conducto auditivo externo. Estas son las responsables del olor corporal de cada persona. La sudoración producida tiene mucho que ver con las causas emocionales, como la ansiedad y el estrés.
LAS APOECRINAS.- Tienen características intermedias entre las ecrinas y las apocrinas y se encuentran fundamentalmente en las axilas.
Sudamos para regular la temperatura de nuestro cuerpo, ya que cuando se evapora el sudor nuestro cuerpo reduce el exceso de calor. También sudamos para eliminar sustancias nocivas para la salud. Sudamos algo más de un litro al día en condiciones normales de reposo, que puede aumentar en un litro más por hora si realizamos ejercicios físicos. Los deportistas de élite, pueden sudar hasta cuatro o cinco litros por hora. Los
niños y ancianos sudan menos que los adultos.
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