Broncearse sin sol

Los bronceadores sin sol o autobronceadores, hoy en día tiene una excelente presentación. Pueden venir en crema, spray, gel, toallita o espuma y cada vez tiene tonalidades más naturales.

Aparecieron hace unos 30 años, pero tenían el problema de que olían mal o dejaban la piel amarilla, y otras veces con muchos restregones antiestéticos; sin embargo, en la actualidad, esos problemas se han subsanado.

Al entrar en contacto con nuestra piel, el bronceador produce una reacción química de oxidación, gracias a una molécula llamada DHA. Gracias esta reacción, las células muertas de la capa más externa de nuestra piel, se tiñen dándonos un tono bronceado, que al cabo de unos días y por el proceso natural de descamación son eliminadas. Por lo tanto, si el tono que hemos adquirido con el bronceador no es de nuestro agrado, basta esperar unos días y desaparecerá.

Antes de extender por todo nuestro cuerpo cualquiera de estos autobronceadores, conviene probarlo en una pequeña porción de piel no visible para observar los resultados, pues el color conseguido depende tanto del producto aplicado como de nuestra piel. Por ejemplo, las pieles secas se autobroncean antes que las grasas, y el producto que utilicemos puede variar el tono del moreno conseguido desde un anaranjado hasta un marrón tostado.

Si después de una primera aplicación vemos el tono demasiado claro, se puede extender otra capa del producto tres horas después de la primera dosis. Con los lavados y la renovación natural de la piel, vamos perdiéndolo poco a poco, por lo tanto cuando obtengamos el color deseado se requieren dos o tres aplicaciones semanales para mantenimiento. Si observamos que el tono no nos convence, podemos ayudar a su desaparición antes aplicándonos una crema exfoliante.

Es importante tener en cuenta que la protección ante el sol de los autobronceadores es más débil que la de las cremas solares. Por lo tanto, debemos usar éstas para exposiciones prolongadas al sol.

Para conseguir un tono uniforme y evitar que salgan manchas, hay que exfoliar la piel antes de la aplicación, así estará más limpia y se teñirá mejor. Unas zonas muy importantes a tener en cuenta al aplicarnos el autobronceador son las que corresponden a la piel más rugosa, que serían: codos, rodillas y talones. Estos se tiñen generalmente más que el resto de la piel.

Para aplicarse el autobronceador, si se va a utilizar en todo el cuerpo, lo primero sería tener la piel bien seca. Después hay que comenzar por los pies extendiéndolo hacia arriba y teniendo cuidado con el vientre y cintura, repasándolos al final por si nos han quedado restos de producto en los pliegues de la piel.

Tras su aplicación en las piernas, debemos esperar unos minutos antes de sentarnos. No se debe utilizar el autobronceador en las palmas de las manos ni en las plantas de los pies. Si se aplica en el rostro, hay que evitar el contorno de los ojos, las cejas y el nacimiento del cabello. Estos se pueden proteger con vaselina o cualquier crema.

El momento ideal para sacar el máximo partido al autobronceador es después del baño o la ducha, puesto que la piel está más limpia y suave. Tras la aplicación del producto, hay que lavarse muy bien las manos y las uñas y, sobre todo, los espacios interdigitales de los dedos. Tras hacer ésto, hay que esperar unos veinte minutos para vestirse.

Haz tu comentario en relación con Broncearse sin sol y por favor respeta las siguientes normas: No hagas SPAM, no emplees lenguaje SMS, trata de expresarte bien y no faltes al respeto de otros lectores. Si quieres ponerte en contacto con nosotros en relación con Broncearse sin sol o con Mundo con encanto hazlo aquí. Gracias.
¿Te ha gustado Broncearse sin sol? Pues díselo a tus amigos, compártelo con todo el mundo:
Compártelo: