¿Existirá una “Pequeña Venecia” en el suroeste de China? Esta idea no es tan descabellada como podría pensarse.
Existe una fusión de nieve en las montañas que forman ríos y arroyos, ellos vieron nacer a la ciudad de Lijiang que fue construida alrededor de canales que recorren las calles y serpentean entre los carriles de giro de esta antigua ciudad en la provincia china de Yunnan.
Las 26 nacionalidades étnicas viven en diferentes regiones: las montañas cubiertas de nieve en el norte y los bosques tropicales en el sur.
Kumming, la capital, con fácil acceso desde cualquier lugar del país, es el centro desde el que se puede explorar un sinfín de lugares únicos, como Lijiang, una ciudad de 200.000 habitantes.
La “Ciudad Vieja” abarca 1,4 kilómetros cuadrados, una plaza que figura ser un laberinto de callejones bordeados de casas de paredes de tierra, reforzados con marcos de madera y techos de tejas deportivas que se ramifican. La plaza se llena de vendedores de todo tipo de cosas, desde recuerdos de Mao Ze Dong hasta trajes tejidos por pobladores de la zona.
Al atardecer, la “Ciudad Vieja” se llena de multitudes, que van de compras, comen o escuchan música. Existe un grupo de artistas fundado en 1987, formado por músicos con talento y jóvenes en formación, que interpretan piezas centenarias con auténticos instrumentos antiguos.
La sala de conciertos está siempre llena y evoca la atmósfera del Preservation Hall de Nueva Orleans, donde leyendas del jazz mantienen viva la música del pasado. Los sonidos únicos y melodías de las cuerdas, percusión y voz que componen la música Dongjing fueron concebidos originalmente como parte de rituales elaborados. Los discípulos de Confucio la practicaban para promover la paz interior y los taoístas solían usarla durante el ejercicio físico y espiritual.
Cuatro mil familias Naxi vive en la “Ciudad Vieja” en medio de docenas de excelentes restaurantes, bares, salones de té y arroz, los herbolarios, tiendas de souvenirs, incluso una cafetería que sirve capuchino / mochaccino. Pequeños puentes entre los canales unen una calle a otra. Las pendientes empinadas son difíciles de evadir a lo largo de aceras adoquinadas con piedras grandes y naturales. Plantas, flores y jaulas de pájaros adornan los techos estrechamente agrupados. Deliciosas comidas se sirven en los restaurantes pequeños al aire libre. La cocina tiene todas las ventajas de las carnes y productos locales y la increíble variedad de setas de los bosques. Los pimientos de fuego les dan sabor a platos como setas salteadas y ensaladas de garbanzos con jalea de chiles picantes.
La fuente de estas delicias se puede remontar a un mercado de comida al aire libre. Filas y filas de mesas con desbordamiento de frutas se aprecian en ellos, además encontramos verduras, docenas de lechugas, calabazas, pepinos y rábanos de formas raras. Grandes montones de carne, principalmente cerdo, están disponibles también.
Decenas de variedades de setas silvestres están en todas partes. Pequeñas tiendas adyacentes venden necesidades, desde ropa hasta utensilios de cocina, sin duda son lugares donde no hay que perder oportunidad para regatear.
La serena belleza del Parque de Jade Lijiang es una fuente que ayuda a entender por qué los Naxi abrazan la religión Dongba y su adoración por la naturaleza. Los lagos llenos de nenúfar del parque, con majestuosas montañas en el fondo, son un remanso de belleza y tranquilidad. Existen puentes que conducen a las pagodas ubicadas en una profusión de azaleas y rosas blancas. Son apreciables ejemplos de pictogramas Dongba, su lenguaje escrito, se muestran en un pabellón organizado por el Instituto Lijang Dongba de Investigación Cultural.
Trece kilómetros al noroeste de Lijang, Nadu Dalai protege a un viejo árbol de camelia de 500 años en la Lamasería Yufeng. Ha sido un lama (monje) en la lamasería (monasterio) la mayor parte de su vida y por ello ha protegido el impresionante árbol, que produce 20.000 flores de febrero a mayo de cada año, simbolización de los guardias rojos que querían destruirlo durante la Revolución Cultural. Nadu Dalai es amistoso con los visitantes, pero cualquiera que se atreva a tocar su árbol necesitará de ayuda divina.
En cebo del pueblo, muy cerca, está la sensación de retroceder en el tiempo. Hendidas viviendas de adobe se construyen alrededor de patios en este pueblo de agricultores. El agua de manantial corre a través de zanjas abiertas por los caminos de tierra. Las mujeres recogen la cosecha, mientras que los hombres aran los campos detrás de los bueyes. Heno se seca a lo largo de postes de madera como en el pasado. Los cerdos revolotean alrededor de los ancianos que juegan Mahjong. Las chaquetas Nike y los teléfonos celulares son los únicos indicadores del presente.
El templo de la aldea sobrevivió a los estragos de la Guardia Roja y a un terremoto que registró 7 grados en la escala de Richter. Está decorado con pinturas murales de la dinastía Tang (618 – 907) que representan las muchas religiones que adoraban en la zona en el momento; el budismo chino, el taoísmo, Lamas y Dongba.
Las oportunidades para practicar el senderismo y acampada en la región Lijang son infinitas. Quince kilómetros al norte, la Montaña Nevada del Dragón de Jade tiene 13 picos de los cuales el más alto se eleva a 5.596 metros. Un centro de esquí durante todo el año está en funcionamiento sobre los 4.000 metros de altura.
Las opciones de alojamiento en Lijiang son variadas y abundantes. El Grand Hotel Lijiang, una empresa conjunta de Tailandia, tiene cinco estrellas y ofrece grandes servicios. La “Ciudad Vieja” está llena de pintorescas, habitaciones a precios razonables.
Descubrir China es como descubrir el mundo. Y si desea concentrarse en una región y no sabe por donde empezar, Lijiang es una introducción ideal a los tesoros naturales, históricos y culturales de la provincia de Yunnan.
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