Una visita a la ciudad francesa de Marsella le permite conocer los vestigios de una ciudad históricamente portuaria, cuya evolución con los años la ha convertido en un destino obligatorio de los diferentes cruceros a través del Mediterráneo, así como destino de muchos turistas a través de su aeropuerto. Cercano al puerto de Marsella se encuentra la Colina de la Garde que guarda uno de los monumentos religiosos más emblemáticos de la ciudad.

En la cima de la colina de la Garde

Al arribar a Marsella, lo primero que podrá ver ya sea desde El Viejo Puerto o llegando por la Autopista du Soleil será la colina de la Garde y sobre ella uno de los tantos monumentos dispersos por la ciudad. Históricamente, ser el punto más alto de la ciudad lo ha convertido en un punto de observación, estableciéndose un puesto de vigilancia usado por los distintos pobladores como los romanos. Así usted podrá observar los restos de un fuerte del año 1525 que sirvieron de bases para lo que hoy reina en la cima de la colina de la Garde, la Basílica de Notre-Dame de la Garde.

Monumento Religioso de alta  presencia

La colina de la Garde de 161 metros de altura ha servido también como punto de edificación religiosa. La primera data del año 1214 cuando la devoción del Padre Pierre llevo a que se construya un santuario en honor a la Virgen María, naciendo la capilla Notre-Dame de la Garde. Ya para 1477 tenía un mayor tamaño y podía albergar un máximo de 60 personas.

A mediados del siglo XIX se piensa rediseñar completamente la capilla para convertirla en un gran santuario. Las obras comenzaron el 11 de septiembre de 1853. EL 4 de junio de 1864 fue consagrada como basílica pese a no haber sido acabada del todo. Luego de muchos detalles internos como externos la Basílica de Notre-Dame de la Garde fue culminada totalmente en 1897.

De esta basílica, lo que resalta a primera vista es la estatua dorada que representa a la Virgen María con 11,20 de altura y casi 10 toneladas de peso que está situada en lo alto de su torre y que resistió el paso de dos guerras mundiales.

Así, desde lo alto de la colina de la Garde en Marsella usted no solamente verá la Basílica de Notre-Dame sino un símbolo de seguridad y devoción religiosa de todo un pueblo francés.